Orquesta The Original Johann Strauss
The Original Johann Strauss Orchestra: el auténtico espíritu Strauss para celebrar el Año Nuevo
Antes de saltar a las grandes salas de conciertos y de retransmitirse por televisión a todo el mundo, los valses eran interpretados por orquestas de cámara y sonaban en las más elegantes salas de los palacios para una distinguida aristocracia y una selecta burguesía, ávidas de los éxitos de Strauss.
Precisamente ese espíritu es el que pretende recuperar The Original Johann Strauss
Orchestra con su Gran Concierto de Año Nuevo. Esta prestigiosa formación está compuesta por una treintena de músicos lleva por toda Europa la esencia de la música de Strauss.
El programa del concierto recoge las versiones originales de los valses, polcas y marchas más conocidos de la familia Strauss, entre los que no faltarán títulos tan célebres como El Danubio azul, el vals del Emperador o laMarcha Radetzky. Los músicos capturan perfectamente la elegancia y espíritu festivo que caracterizan estas partituras, y transmiten su pasión al público.
Junto a la orquesta, el ballet del Strauss Festival Dance Ensamble, con trajes de la época de Sissi, dará vida a la música, restituyendo así una parte esencial a unas composiciones que fueron concebidas precisamente para ser bailadas.
LA MÚSICA de STRAUSS
Después de más de un siglo de vida, la música característica de la Viena imperial
decimonónica ha adquirido en los últimos años un prestigio inusitado y ha encontrado en la celebración del año nuevo un lugar preponderante para su culto. Las grandes salas de concierto y teatros de Europa se llenan por estas fechas del entusiasmo y el aplauso que despierta el contagioso ritmo de los valses, marchas y polcas que hicieron época.
Impuesto sobre todo a partir de la enorme audiencia que cada año sigue por televisión, desde todos los rincones del continente, el concierto televisado de la Orquesta Sinfónica de Viena, este programa se ha establecido definitivamente en las principales ciudades europeas —al igual que en la capital austriaca— como un espectáculo insustituible, en torno a las centelleantes festividades con las que se celebra el cambio de año. Naturalmente sin las pretensiones de «arte mayor» que orientaron la creación de aquellos prominentes compositores que florecieron en el ámbito vienés (baste recordar los nombres de Haydn, Schubert, Beethoven, Brahms, Bruckner o Mahler), la llamada «música de salón» acabó convirtiéndose, con el correr del tiempo, en cabal «música de concierto», uno de los grandes emblemas de la atmósfera encantadora de la corte de Francisco José, tanto o más que su legendaria esposa, la emperatriz Sissi.
Quizá pueda resultar sorprendente el notable interés actual por esta música —tan ligada a una época y a una moda en extremo distante de la nuestra—, pero hoy resultaría
inconcebible una apertura de año sin el ya clásico «Gran Concierto de Año Nuevo», que ha asociado en forma definitiva los brindis y los fuegos artificiales a valses inolvidables como En el bello Danubio Azul, Cuentos de los Bosques de Viena, Vals del Emperador o la Marcha Radetzky, inefable punto final de la velada.